29 julio, 2025
En los últimos años, el mundo del trabajo ha cambiado radicalmente. Y con él, también lo han hecho las formas en que las empresas y personas habitan los espacios de oficina. Lejos de la rigidez de los contratos tradicionales, surge con fuerza una alternativa que, más que una moda pasajera, parece consolidarse como un estándar para el futuro: los espacios flexibles.
Así lo confirma el más reciente informe de JLL España (“Espacios flexibles: una solución permanente para el futuro”, julio 2023), donde se evidencia que el 63% de las empresas considera que estos espacios les permiten enfrentar con mayor facilidad contextos de incertidumbre. No es un dato menor, considerando el escenario económico global, la aceleración del teletrabajo y la necesidad creciente de optimizar los costos operativos.
Hoy, lo que antes era considerado una opción temporal, se está convirtiendo en una estrategia clave: el 42% de las compañías planea aumentar su inversión en espacios flexibles. ¿La razón? Estas soluciones permiten moverse rápido, adaptarse a los cambios, operar en más de una ciudad sin grandes inversiones iniciales y, lo más importante, atraer y retener talento ofreciendo experiencias de trabajo más humanas, colaborativas y dinámicas.
En palabras simples, se trata de convertir la oficina en un servicio. Esto es lo que se conoce como Space as a Service (SpaaS): lugares diseñados a medida, con condiciones contractuales más livianas, servicios incluidos, y una red de ubicaciones que se ajusta al ritmo de las organizaciones. Ya no se paga por metros cuadrados vacíos, sino por puestos que realmente se usan. Y eso, en momentos de transformación, es una ventaja enorme.
Según JLL, modelos como el coworking híbrido (una combinación de espacios compartidos con oficinas privadas) están ganando terreno. En ciudades como Madrid y Barcelona ya representan el 44% del total de la superficie flexible, superando ampliamente al coworking tradicional o a los centros de negocios. Esto refleja una demanda más sofisticada, que busca libertad sin renunciar a la privacidad o la identidad corporativa.
Los casos de empresas como Miravia o Rover —que encontraron en espacios flexibles una solución a sus desafíos de crecimiento, traslado o posicionamiento estratégico— ilustran cómo esta tendencia se está aplicando con éxito en distintos sectores: tecnología, servicios profesionales, energía, e incluso empresas pet friendly.
¿Y qué pasa con los propietarios? También están reaccionando. En Barcelona, por ejemplo, la tasa de vacancia en edificios que incluyen espacios flexibles baja hasta un 4,1%, muy por debajo del promedio. Lo mismo ocurre en Madrid, donde la disponibilidad cae a la mitad en edificios con oferta flexible. Esto demuestra que integrar espacios flexibles no solo es bueno para los usuarios, también lo es para el negocio inmobiliario.
Desde nuestra mirada en iF, donde combinamos comunidad, emprendimiento y espacios de trabajo, no podemos dejar de ver esta evolución con entusiasmo. Los hubs, coworks y oficinas flexibles no son solo una respuesta a la crisis, sino una apuesta hacia formas de trabajo más colaborativas, ágiles y humanas. Es el momento de repensar cómo, dónde y para qué trabajamos.
¿Y tú? Ya estás pensando en tu espacio del futuro?
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